domingo, 30 de marzo de 2014 | Por: Pedro López Ávila

CRIMEA UN POLVORÍN


Galán Polaino - www.mileniumgallery.com
Hay que ver cómo está el mundo: cuando todo hacía presagiar que las revueltas en Ucrania estaban llegando o habían llegado a su fin, resulta que en una de sus regiones, en Crimea, se está liando una embrollo de tal magnitud que todo lo acontecido en el país va a parecer una escaramuza comparado con las dimensiones a las que está llegando el conflicto. 

En todas las guerras de la historia existen, más o menos enmascaradas, motivaciones de tipo económico y como quiera que siempre las escriben los vencedores desde la oficialidad y los vencidos desde la clandestinidad, nos vamos a topar con versiones encontradas, no sólo por parte de los historiadores, sino de los propios analistas, según sean oficialistas o del bando contrario.

El caso es que con la caída del muro de Berlín el 10 de noviembre de 1989, conocida en Alemania con el nombre del cambio, supuso el debilitamiento de la Europa comunista, el avance del capitalismo y la coexistencia relativamente pacífica entre los E.E.U.U. y Rusia.

Prácticamente todos los países de la antigua URSS fueron cambiando sus economías comunistas a economías de mercado, ante el debilitamiento de las primeras, en las que no sería exagerado decir que había comenzado una nueva etapa en nuestra historia contemporánea.

El problema, a mi parecer, comienza, cuando las mafias de estos países llegan a establecerse en el poder, de tal suerte que surgen individuos de la talla moral e intelectual como el ex presidente de Ucrania, Yanukovich, cuyo pasado está más ligado a pertenencia a bandas criminales que a la política y al ejercicio democrático.

El estallido social surge como consecuencia del abusivo enriquecimiento de sus amiguetes, allegados, familiares y el suyo propio, mientras los trabajadores empeoran alarmantemente en sus condiciones salariales, de trabajo y, por supuesto, morales e intelectuales.

Así,  no es de extrañar que Crimea, independientemente de los ocultos intereses económicos que pudiera tener Rusia sobre la zona, así como su situación geopolítica, económica y estratégica internacional, haya dicho a a los ucranianos que os den, me quedo como estaba, preferimos seguir adheridos a Rusia y a sus mafias, cuyo paraguas es más ancho que la de estos aprendices a oligarcas.

No debemos olvidar, por otro lado, que en Crimea la mayoría de la población es Rusa, que el menda en cuestión es pro ruso, que en su afán de ganarse adeptos promulgó en Ucrania como segunda lengua oficial el ruso y que utilizó el fútbol como herramienta  de cohesión social, pero con el objetivo de que algunos blanquearan y evadieran capitales.

Son, por tanto, en muchos países de la antigua URSS, mafias perfectamente estructuradas, con sus nuevos idearios de esclavitud, las que dominan y en las que se desenvuelven estos peligrosísimos delincuentes de guante blanco, que buscaban la alternativa al agotamiento del sistema comunista para amasar auténticas fortunas en connivencia con los estados.

A partir de ahora vamos a ver muchos más casos como los de Crimea, pero que no se engañe nadie, si los intereses económicos de los nacionalismos importan poco o nada importan a la oligarquía financiera internacional, estarán condenados al fracaso.

Cuando todo parecía anunciar un ambiente de esperanza de una Europa unida, el triunfo de la unidad económica y política del viejo continente, las dos ideologías rivales -capitalismo y socialismo- habían llegado a su fin y  determinadas actitudes combativas entre ambas se reconciliaban; la consolidación de la burguesía de clase media -estabilizadora de los sistemas- parece que ha llegado a su fin.

El panorama económico y social ante el que nos encontramos no puede ser más desolador: recesión, endeudamiento exterior por encima del PIB, millones de parados, corruptelas en la clase política, empobrecimiento de la clase media, hambruna y convulsiones sociales, que los gobiernos tratan de resolver con el ejercicio de las fuerzas represoras como única solución para atajar momentáneamente  los problemas.

Ahora tenemos un detonante perfecto para reproducir los  viejos enfrentamientos históricos entre Rusia y el país, que hasta hace muy poco tiempo mantenía la hegemonía económica mundial, E.E.U.U., falta por resolver la incógnita de China.

El conflicto en Ucrania (una población profundamente culta)  y más concretamente en Crimea, no me parece un asunto menor. Creo que es una respuesta contundente a las formas de gobiernos que se proclaman y definen democráticas, pero cuyas prácticas no se corresponden con sus prédicas. Creo, por consiguiente, que no tienen nada que ver con nacionalismos o separatismos exacerbados, sino más bien con una honda crisis direccional del sistema capitalista, que no ha sabido o no ha podido dar respuestas eficaces a las demandas de la población, especialmente por la corrupción de sus dirigentes políticos que de unas formas u otras han caído definitivamente en manos de los mercados

Una región, de apenas dos millones de habitantes, va a situar al mundo occidental en una grave encrucijada, cuyas consecuencias son difíciles de aventurar. Estemos atentos


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viernes, 14 de marzo de 2014 | Por: Pedro López Ávila

EN EL 75º ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE MACHADO




Este año se cumple el septuagésimo quinto aniversario de la muerte de Antonio Machado. Para que me entienda todo el mundo: un 22 de febrero del año 1939 moría en Colliure uno de las mentes más lúcidas, preclaras, inteligente y de más hondo sentido humanista que ha dado el pensamiento español.
Cuando años atrás parecía que existía una corriente simpática y amable de reconocimiento a su integridad moral y a su magistral obra, tengo la percepción de que las nuevas generaciones y los propios medios de comunicación no están dando la respuesta pertinente a aquel sobrio poeta y magistral prosista que llegó al máximo compromiso posible del intelectual que sucumbió con la Segunda República Española.
Mientras los demás intelectuales de la época, se perdían o mantenían actitudes ambiguas, nadie como él, en los momentos más trágicos de nuestra historia, supo mantener la dignidad y altitud ética en su compromiso con los desposeídos y con España.
En este corto recordatorio que se escapa entre estas líneas, quisiera expresar que A. Machado ha sido y seguirá siendo figura de leyenda y la encarnación más difícil del ideal humanista: un hombre solitario en compañía.
Es cierto que con nuestro poeta y pensador ha sido demasiado fácil la instrumentalización plagada de demagogia política, que unos y otros han aprovechado a través de  su vida y su obra, en un momento de pasiones desatadas y oportunismos políticos; sin embargo, me parece pertinente destacar sus propias palabras, para un mejor conocimiento de su semblante comprometido, pero situémoslo, cómo no, en su contexto histórico:
"Desde el punto de vista teórico, yo no soy marxista. no lo he sido nunca y es muy posible que no lo sea jamás… Tal vez porque sea demasiado romántico, por el influjo, acaso, de una educación demasiado idealista… Veo, sin embargo,  con entera claridad, que el socialismo en cuanto supone una manera de convivencia humana, basada en el trabajo, en la igualdad de los medios concedidos a todos para realizarlo y en la abolición de los privilegios de clase, es una etapa inexcusable en el camino de la justicia".
Estas ideas de Machado, un hombre bueno, han sido durante décadas utilizadas para denigrar o hacer caer en el olvido su nombre y su hondura reflexiva, ingeniando en ellas mismas cincuenta acciones perversas por la calumnia oficial, aunque se conociera su sentido de la responsabilidad que lo expresaba muy claro en su Juan de Mairena cuando nos dice: "Tomar partido no es sólo renunciar a las razones de vuestros adversarios, sino también a las vuestras; abolir el diálogo, renunciar, en suma, a la razón humana. Y eso es mucho más difícil de lo que parece".

Si nuestro insigne escritor, el menesteroso buscador de Dios, según Laín Entralgo, pudiera contemplar la realidad actual observando las vivencias colectivas de los hombres que ocupan hoy la tierra, aquella grave preocupación patriótica que sentía ante los débiles, se multiplicaría por mil, al comprobar cómo el individualismo, la codicia y la injusticia se ha instalado de forma definitiva en el mundo como una lacra sin retorno que consume a los pueblos.

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jueves, 6 de marzo de 2014 | Por: Pedro López Ávila

OCUPACIONES EN LA VEJEZ

Decía Sócrates que los jóvenes han de instruirse, los hombres ejercitarse en hacer el bien y los viejos retirarse de toda ocupación civil o militar, viviendo como les plazca sin atarse a ningún sitio.

¿Alguien puede creer que este pensamiento socrático tan lleno de sabiduría podría ser incluido en las condiciones ambientales del hombre en la actualidad?

Basta con echar una simple mirada al mundo que nos rodea para observar que en nuestros actos diarios el hombre cada vez depende menos de sí mismo.

Hoy los jóvenes, y menos jóvenes, dedican demasiado tiempo instruyéndose con insolente orgullo en whasappear, tuitear y en otras aplicaciones tecnológicas de manera impulsiva y catártica en la que parece que nunca llegan a saciar sus necesidades comunicativas.

Los hombres y las mujeres, que son a los que me parece a mí hacía referencia Sócrates, bastante tienen con soportar la carga familiar en sus maltrechas economías como para estar preocupados de ser virtuosos, buscando el bien de los demás. Por tanto, el hacer el bien en la edad productiva de la vida es tarea harto difícil, cuando la dificultades propias acucian.

Sin embargo, los padres que han vivido siempre para sus hijos, al llegar a la vejez, viven en la actualidad para los nietos en el retal de vida que les queda. Es un volver a empezar con otros nuevos problemas domésticos, sin encontrar la oportunidad hacia ellos mismos y hacia su bienestar. Se les añaden empresas nuevas que les ocupa su retiro y sus intenciones de desenredarse de otros cordeles que los atan a los demás.

Lo más grande que poseemos es saber pertenecernos, pero no, hay que seguir perteneciendo a los problemas de las siguientes generaciones hasta que no nos despidamos definitivamente de toda compañía.

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