miércoles, 23 de octubre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

INTERRUPCIONES PARLAMENTARIAS


Antonio Guzmán Capel - Silvia - www.galeriadeartelazubia.com

Nada puede concebir la imaginación humana ni para bien ni para mal que en ella no se encuentre. Y es que el pasado 10 de octubre tres mujeres en top less, pertenecientes al grupo FEMEN, irrumpieron en el Congreso de los Diputados y al grito de «aborto es sagrado» interrumpieron la sesión parlamentaria con sus reivindicaciones a favor del aborto.

Por supuesto, que no voy a enzarzarme con nadie en este tema tan controvertido, cuya casuística es tan amplia y extendida por todo el mundo como antigua y dramática; hallándonos (en función de las circunstancias) con opiniones morales, éticas, religiosas y científicas encontradas de la manera más radical.

Sin embargo, lo que me llama la atención es el cambio que se producen en las costumbres; y así, se ha pasado a interrumpir las sesiones parlamentarias desde bigotudos morlacos uniformados, pistolas en mano, al mando de otros también uniformados con metralletas, a señoritas de muy buen ver con los pechos desnudos y muy sugerentes de su buen estado de salud, aunque de humor no parecen que anduvieran muy sobradas, a juzgar por la expresiones de sus rostros.

No sería mi deseo que nadie leyera más allá de lo que quiero decir, pues es evidente que no trato de comparar un acontecimiento con el otro ni en su gravedad ni en su naturaleza. Además, es incuestionable que unos intentaron secuestrar el Parlamento español y otras intentaron defender sus intereses ‘sagrados’ a abortar. Aunque entiendo que sagrado y aborto son dos términos semánticamente incompatibles, ni siquiera desde un esfuerzo retórico o del lenguaje coloquial tendrían cabida estos dos vocablos unidos ; es decir, sagrado como atributo de aborto; pero bueno, lingüistas tiene la iglesia.

Lo que sí parece que queda claramente documentado es que el presidente del Congreso, absorto y perplejo ante el inusitado festoneo que se había originado en lugar tan original como inapropiado, con tono de voz solemne y actuando como bienhechor tomó sus prevenciones y dijo: «Procedan con precaución».

Algunos diputados reaccionaron demasiado tarde al griterío de estas inesperadas visitantes, pues me parece a mí que el sentido del oído fue más retardado que el de la vista, y sólo se oyó una voz masculina que dijo: «Fuera», cuando estas fueron reducidas y expulsadas.

Otro tanto también podría decirse con respecto a los que aplaudieron a estas ilustres visitantes al Congreso, cuando estas jóvenes activistas del feminismo fueron desalojadas, y no mientras mostraban sus torsos al descubierto.

Mal, mal, lo que se dice mal, está, porque corresponde a nuestros representantes parlamentarios la defensa de las distintas causas sociales, políticas o económicas de la ciudadanía, que son los que han sido elegidos por el pueblo de forma legítima para defender sus intereses. Nos guste o no.

Lo que sucede es que si algunos grupos sin representación en el Congreso deciden montar estas algarabías, se debe a que producen más impacto estas señoritas semidesnudas tan afortunadas por la naturaleza, que no enfundadas en bata de boatiné, con toquillas de croché o punto cruzado y zapatillas de orillo.

Claro que, como todo tiene su contrapartida, luego no deberían quejarse demasiado estas feministas de la utilización que se hace de la imagen indigna de la mujer como reclamo publicitario, por parte de algunas marcas, porque yo sí me quejo.

Artículo publicado en diaro IDEAL el 23/10/13

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