lunes, 23 de septiembre de 2013 | Por: Pedro López Ávila

EL PAPA FRANCISCO


MUÑOZ BERNARDO. Farol salmantino  www.galeriadeartelazubia.com

No todos los cargos importantes requieren de la misma responsabilidad, ni entrañan la misma dificultad. Más aún, me parece a mí, que no siendo yo precisamente el mejor conocedor de la Iglesia Católica y mucho menos experto en cuestiones que atañen a la teología, sea la persona más indicada para opinar con rigor sobre el magisterio pontificio del Papa Francisco.

Lo que sí me aventuro a decir es que soy persona que me doy a los asuntos que tengan que ver con el vigor y la libertad, aun a sabiendas de lo arriesgadas que pudieran ser mis opiniones.

Las distintas familias que componen la cúpula eclesiástica, en cuanto a la forma de entender el evangelio, de interpretarlo, de asimilarlo o de comprenderlo, según haya sido su cultura o su formación, hablarán ahora de inmovilismo eclesiástico o de los revolucionarios cambios que se avecinan, sobre todo a raíz de las declaraciones realizadas por Jorge Mario Bergoglio al Director de la revista Cività Cattolica.

Desde luego tengo que decir que desde mi parecer todo el mundo debería conocer esta importantísima entrevista, difundida por la revista Razón y Fe, el concepto que tiene el Papa Francisco del mundo actual y el camino que deben seguir los católicos: "busquemos una iglesia en la que encuentre caminos nuevos".

Esta expresión tendría poco significado por sí misma si no fuera porque forma parte de una contextualización que cada uno aplicará a su medida según convenga a hombres hechos a la suntuosidad o a la bondad.

En otros momentos de la entrevista compara a la iglesia con "un hospital de campaña en la que hay que curar heridas". Es contundente en sus comentarios sobre los homosexuales e indica que en una ocasión una persona para provocarlo le preguntó si él aprobaba la homosexualidad a lo que le respondió "dime, Dios, ¿cuando mira a una persona homosexual, comprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena?" También se refirió al papel de la mujer en la Iglesia dijo: "María, una mujer, es más importante que los obispos". "afrontemos ese desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer, incluso allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia".

Por otro lado, expresa rotundamente que jamás ha sido de derechas, se define como un pecador en el que "El Señor ha puesto sus ojos"; se declara como indisciplinado nato, a pesar de su vocación jesuítica y nos revela su admiración por el beato Pedro Fabro, por el diálogo que mantenía con todos, aun con los más lejanos y los adversarios.

En fin, estas declaraciones junto con las actuaciones de austeridad que deben tener todos los que trabajan para La Iglesia y que está acometiendo en su corto pontificado, comenzando por su traslado a la casa de Santa Marta, el pasear en un cuatro latas o los importantes nombramientos para la curia vaticana, podrían ser el revulsivo más importante que necesita el hombre del hoy en un mundo que se desvanece cada día más en sus facetas éticas y espirituales.

Sin embargo, los cambios en la historia no se producen de una manera brusca de la noche a la mañana, queda mucho recorrido, y al Papa, Francisco, no le van poner fácil pasar de un lado al otro de la calle. Que nadie piense que va a poner todo patas arriba, pues como él mismo dice: "yo soy de la opinión de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz".

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