sábado, 17 de noviembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

EL AMBIENTE CULTURAL EN ESPAÑA


Joaquín Ureña - www.galeriadeartelazubia.com

Si hurgamos un poquito en el interior del hombre actual, cada día que pasa uno entiende más y mejor los desajustes vivenciales en los que vive sumido el hombre de nuestro tiempo. No nos importa tanto nuestra existencia como el conocimiento público que se tenga de ella. La brillantez intelectual apenas si tiene sentido, si no se exhibe ante la mirada y la aprobación ajena. No digamos ya cómo se esfuerzan, papel en mano, nuestros oradores en los parlamentos que responden a las interpelaciones o preguntas de los adversarios políticos con lo que ellos llevan escrito desde casa, tenga que ver o no con lo preguntado, pero cuentan de antemano con el aplauso de la bancada del grupo al que representan. Escritos, por otra parte -digámoslo claro- torpes, inservibles e insoportables.

Yo tengo la percepción de que cada día se lee menos y por tanto nuestra riqueza lingüística, nuestra competencia comunicativa y nuestra capacidad de procesar en nuestro pensamiento están bastante debilitadas y, como lógica consecuencia, prevalece lo vulgar, lo pragmático, e incluso, irradia cierto prestigio ante los demás el vivir de prisa en la patología acumulativa del dinero.

Sin embargo, nunca se ha escrito tanto, con tanta brutalidad, con menos emoción, con tanta vulgaridad y con tanta bazofia acumulada, en la que la gran industria editorial se ha apoderado del instinto morboso de la gente para promocionar, distribuir y hacer caja con las biografías de protagonistas del famoseo o famosillos, que en otros momentos de la historia no serían, sino, en el mejor de los casos, personajes desarrapados cervantinos.

Pues bien, en medio de este ambiente narrativo que se respira en nuestro país como bálsamo, para reemplazar otras carencias y seguir contentando al ego, contando de mala manera aspectos íntimos de la sexualidad propia, de la hermana o del primero que pasa por la calle; que no tienen, por otro lado, nada de extraordinarios, parece ser que es la lectura que más atrae a la inmensa mayoría del público, o al menos los libros que gozan de más éxito en nuestro país.

Claro que, como quiera que están impresos en papel de muy buena calidad y con unas pastas muy fuertes, parece que todo lo que se dice en los mismos es el verdadero modelo de conducta que se debe seguir como ejemplo de modernidad; además, como se expresa con un lenguaje soez y coloquial, ya no nos queda nada que se haya de ignorar o adivinar del famosete. La intención al escribir, según cuentan, es realizar pedagogía de la normalidad en la anormalidad, que no en lo diferente como debiera ser.

En cualquier caso, los que consumen este tipo de lectura no crean los autores que son tan leídos; pues, teniendo suerte, puede que el público lector se recree en algún párrafo escabroso de la vida del susodicho o susodicha o, en el peor de los casos, en alguna descripción en primera persona de las miradas, del que el mismo autor o autora, eran objeto en una playa nudista, recién autorizada por el concejal del cultura, cuyo nombre también aparece, para ofrecer mayor verosimilitud a la biografía.

En este ambiente cultural en el que los autobiógrafos ensalzan en interminables parágrafos los sutiles calzoncillos de Kalvin Klein o los tangas de Victoria Secret, que atosigan a las pocas miradas pudorosas que quedan (la de algún transeúnte despistado), pretende hacer la Reforma Educativa el SR Wert.

Si además sus soluciones pasan por aumentar la ratio de alumnos en la escuela, el mirar para otro lado cuando nuestros licenciados universitarios se ven obligados a emigrar y triunfan en Alemania y E.E.U.U. o en cualquier lugar del mundo, y nos quedamos con mano de obra mal cualificada, el panorama científico y cultural que nos pinta el Sr. Ministro no puede ser más desolador.


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1 comentarios:

Marinel dijo...

Yo a este señor lo escuchaba a veces en una tertulia televisiva donde se acometen todo tipo de temas,sobre todo, los más candentes para diseccionarlos desde la perspectiva de los invitados.
Uno de ellos era Wert en más de una ocasión y te aseguro, que para nada se me antojaba lo que ahora ya en el poder, me ha demostrado.
Es un hombre retrógrado,de corazón dictatorial, separatista y arcaico y algunos adjetivos más que me guardo...
Por otro lado, no, no se lee suficientemente en España, jamás se hizo y al paso que vamos, ni se hará, porque además, parece como si justamente a eso quisiera incentivarse al vulgo(que es lo que somos para ellos)a la ignorancia.
Cuanto menos sepamos mejor para todos sus tejemanejes.
Es como que les ha venido un anillo al dedo para la consecución de su maquiavélicos planes.
Se nos va la juventud con su sabiduría y a los que quedan les van coartando las posibilidades de prosperar, de expandir su mente, de adquirir el bien más preciado para el hombre:
La cultura.
No puedo decir cuánto los odio,porque no tengo suficiente armamento lingüístico para hacerlo...
Yo, que jamás pensé en el odio como sentimiento en mi interior!
En fin...
Perdona la extensión y el comentario visceral.
Besos.