sábado, 22 de diciembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila
martes, 18 de diciembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

EL FIN DEL MUNDO EN NAVIDAD


FRANCISCO TRIGUEROS www.galeriadeartelazubia.com

Bueno, parece que llega la Navidad, por mucho que se empeñen otros en meternos el miedo en el cuerpo con cosechas extrañas a nuestra cultura y creencias, que tienen tufillos extraños, de que el día 21 se nos va a "apagar la luz". Otro gran disparate que suena más al medievo que a la modernidad.

Esto no es sino un síntoma más de la poca evolución espiritual que ha tenido el hombre al transcurso de la historia, pero no se preocupen que vamos a celebrar la Navidad (excepto al que le dé un jamacuco y quede pajarico), Eso sí, con los recortes pertinentes y sin paga extraordinaria para muchos.

El mismo argumento científico tiene el que sostenga que el día 21 será el final de una era o el fin del mundo, que el que diga que los burros son alados y que por consiguiente vuelan.

Pero, abundando más en la cuestión, me parece que a todos aquellos que sujetan en un pensamiento cristiano su existencia es para darles una patada en las espinillas o en trasero, al aceptar temerosos la puntualidad de las fechas que nos dan otras civilizaciones del final del hombre en la tierra, sin tener en cuenta la frase de Cristo que no pudo ser más taxativa "velad, pues porque no sabéis ni el día ni la hora"; sin embargo, viven más acongojados a la espera del día 21 que ilusionados al día 22, que es, según marca nuestra tradición, donde un gran número de españoles tienen depositadas sus esperanzas, quizá este año más que nunca, para que la fortuna les arreglen las averías que les han originado otros.

De cualquier manera, lo que menos me importa es entrar en disquisiciones teológicas e interpretativas de cada religión o cultura, ni en cuestiones científicas, porque sería tan ridículo hablar de lo que desconozco como el creerme y digerir lo que quieran echarme determinadas grupos, que parecen muy interesados en reproducirnos un pensamiento de catastrofismo y de hecatombe, precisamente en estos duros momentos por los que atraviesa una gran parte de la humanidad.

Pero a lo que iba, como ya verán ustedes el día 21 pasará, como suelen pasar los días, los meses, los años y los siglos, y no es arriesgado vaticinar que se acercan tiempos difíciles, como tampoco es aventurado pensar que la pobreza se instalará de forma endémica en gran parte de la humanidad, visto como el poder político, profundamente denostado, siempre llega a remolque de los grupos de poder económicos, perfectamente estructurados en sus objetivos posesivos en la acumulación de la riqueza.

Y llegará La Navidad como la fiesta más arraigada en el mundo cristiano occidental, con su profundo carácter simbólico, que va más allá de un sistema productivo, que va más allá de adorar a un santo en su pedestal y que va más allá de tener el gaznate alargado como el cuello de una grulla para saborear más cuanto se come y se bebe.

La Navidad es un tiempo detenido para ver la luz en la historia, es la que nos recuerda, al menos una vez al año, la deuda contraída con los desposeídos, es, en última instancia, el abrazo universal.

El fin del mundo es otra cosa, es la antítesis de la Navidad.

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jueves, 13 de diciembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

FUGA DE CAPITALES


FRANCISCO CALABUIG www.galeriadeartelazubia.com

Estuvo Sócrates tan estrechamente ligado a su país, que al final de su vida llegó a considerar peor una sentencia de exilio que una sentencia de pena de muerte contra él.

Me viene este pensamiento a la cabeza, porque los grandes patriotas tan estrechamente ligados al sentimiento español, los de los grandilocuentes discursos retóricos sobre la necesidad que tiene España de una regeneración moral, que tanto nos hablan de la crisis de valores y que tanto empeño pusieron por que fuéramos miembros de la unión europea, resulta que ahora son los primeros en poner su dinero a buen recaudo en bancos alemanes, británicos o suizos por no hablar de un sinfín de paraísos fiscales. Vamos, una vergüenza.

Cuando uno ve las propiedades y las grandes fortunas de empresarios o especuladores, políticos, deportistas de élite y hasta a algún miembro de la Casa Real imputados en llevarse el dinero fuera de nuestra patria (ganado de mala manera en muchos casos), uno no puede por menos que entender que las leyes están corrompidas en un montaje financiero y fiscal que fomenta el fraude y la evasión de capitales.

Ninguna idea me asombra, pues a estas alturas de la vida me preocupo más por la salud que por las ideas, por disparatadas que pudieran parecerme; sin embargo, sí se me hiere cuando las creencias son utilizadas para servirse de ellas, envileciendo el sentimiento.

Es absolutamente indignante ver como el último imputado en evasión de capitales, Gerardo Díaz Ferrán, utilizando signos cristianos (al parecer la religión que profesa es la católica), invoque al apóstol Santiago, tras asistir a la misa del peregrino en la Catedral de Santiago de Compostela, y nos cuente la milonga de que ha pedido ayuda para los parados, cuando ha dejado a miles de empleados en la calle por medio de un entramado de complejas operaciones financieras de las que presuntamente se ha enriquecido hasta límites, que es posible que nunca lleguemos a conocer.

Este tipo de conductas tan poco ejemplarizantes, por el cargo al que representaba (presidente de la CEOE) me repelen.

Me repelen por la instrumentalización que se hace de las creencias para inclinarlas más fácilmente a favor de la avaricia y la inhumanidad, sirviéndose de la ignorancia e inexperiencia de tanta buena gente que solamente han sido dotadas por la naturaleza de la buena fe.

Sin embargo, y a pesar de todo, me cuesta trabajo creer que todas estas sofisticadas operaciones se realicen sin unas buenas simientes para favorecer y fortalecer estas viles y ruines prácticas, sin el apoyo de otros órganos de poderes fácticos o instiucinales, que no sé por qué me malicio que a su vez han sido “untados”.

El miedo se ha apoderado de los patriotas y ya han salido de nuestro país, en lo que va de año, ni más ni menos que trescientos veinte mil millones de euros. Es decir, el equivalente a un tercio de nuestra riqueza anual , o lo que es lo mismo, el equivalente a lo que podría gastar España en Pensiones Sanidad y Educación.

A mí me parece que jamás estaré tan apegado a mi país como para hacer lo que hizo Sócrates al final de su vida, pues es tanto como considerar al mundo como una ciudad, una región o una determinada porción de tierra; pero lo que duele es que estos patrioterillos protejan su dinero y sus haciendas en el extranjero ante una posible eventualidad, contribuyendo de esta forma a que nuestro modelo productivo pueda hacer crack y luego nos den lecciones diciendo: hay que trabajar más y ganar menos.

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domingo, 9 de diciembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

HACIA UN NUEVO ORDEN SOCIAL Y ECONÓMICO


VENTURA www.galeriadeartelazubia.com

Algo muy grave está sucediendo en el mundo, que va más allá del simple malestar social y económico, algo se mueve de manera incontrolada, en donde todo parece pivotar sobre ejes sin relación común alguna, pero que auguran un cambio drástico en las relaciones sociales, económicas y morales entre los individuos e, incluso, entre las distintas formas de gobiernos que rigen en todo el planeta, que me parecen se dirigen hacia un incierto destino.

Siempre he sido de la opinión de que a los agoreros que predicen catástrofes, grandes cataclismos de la humanidad o el fin del mundo y la desaparición de la especie deberían estar en el trullo, pues en realidad lo único que han conseguido es que el hombre no ejercite su pensamiento y su racionalidad de forma libre y les atenace el miedo en sus meditadas decisiones; inhibirlo, en última instancia, de su capacidad creativa y generativa que emanan de su inteligencia y de su conocimiento.

El miedo es, por consiguiente, un elemento pernicioso en el devenir histórico del ser humano en su progreso espiritual, social y económico; el miedo impide que el hombre no sea educado en la crítica y en el análisis, el miedo atenaza en la lucha contra la injusticia y desde que nacemos nos muestran su cara más cruel antes que a razonar.

Me niego a creer que el mundo se rija de forma caótica, pero a su vez cíclica, de forma tal, que nuestra antigua civilización, que sustentaba su poder y su dominio en los pueblos asentados en el Mediterráneo, fuera sustituida y eliminada por el ingente poder económico que irradiaba el pueblo americano, trasladándose así al Atlántico y que ahora se dirija hacia pueblos asentados sobre el Pacífico, por un ciego azar instalado en el cosmos.

Soy más proclive a entender que los dirigentes de la cosa pública (al igual que decía Platón de los sofistas) son, entre todos los hombres, los que prometen ser más útiles a los hombres y los únicos entre todos que no sólo no enmiendan lo que se les entrega, como hace el carpintero o el albañil, sino que lo empeoran y se hacen pagar por haberlo empeorado.

Y es que esta clase de gente, que está muy extendida por el mundo entero, nunca se entienden ni a sí mismos ni a los demás, pues sus conductas, sus comportamientos y sus actos no guardan relación alguna con sus prédicas. Eso sí, llenan su memoria de datos inanes, pero el juicio lo tienen totalmente hueco.

Pero del hecho de que de la observación de los acontecimientos en el mundo actual se pueda inferir que estamos viviendo el fin de la humanidad me parece un disparate absoluto, no quiere decir que el enigma sobrevuele sobre nosotros como el Satanás de Mitón, solitario por el caos: el sol le causa pena, la belleza del mundo envidia. Su cielo perdido y el fuego concentrado en su corazón lo conduce a vengarse de Dios de forma indirecta: a través de los seres nacidos en estado de felicidad.

Es verdad que estamos viviendo una época de cambios muy profundos, en la que las creencias socialmente cohesionadoras (aceptadas en otros momentos por la colectividad) carecen de base en que apoyarse, ya que todas las ciencias, las artes y la filosofía han perdido su tendencia simpática y unificadora y, por tanto, sus relaciones con la humanidad en general.

De ahí que el hombre actual haya instalado su pensamiento en la duda y su sentimiento solitario yazga en un abismo de hielo, en donde las ideas se dividen y la inteligencia está maniatada y absorbida por grupos de poder económico y fanatismos político-religiosos.

No son, por tanto, factores apocalípticos ni misteriosos, como no lo son tampoco enigmas del destino del ser humano, los que condicionan una de las muchas épocas tristes en la historia de la humanidad por las que estamos atravesando.

La atmósfera de bonanza económica en la que hemos vivido, haciendo, incluso, apología del vicio y las fuentes en que hemos bebido delirios de grandeza (mientras pueblos enteros han padecido y padecen la sed y el hambre), quizá sea la culminación de un proceso histórico, en el que nada tienen que ver otras fuerzas ajenas a la propia condición humana.

http://en-clase.ideal.es/index.php/opinion/1195

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miércoles, 21 de noviembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

LA NUEVA INMIGRACIÓN


ALBERT SESMA - www.galeriadeartelazubia.com

Trato de mantener en reposo mi espíritu y mi pensamiento, pero no sé por qué todos los días se difunde en los medios de comunicación alguna noticia que desmadra mi estado anímico, cuando observo que traicionamos y ocultamos con continuas contradicciones lo que creemos, a costa de desmentirnos a nosotros mismos.

Después de todo el revuelo que se produjo con la regularización de cientos de miles de inmigrantes en el 2005 por el gobierno de Zapatero, que contó con la oposición no sólo de P. P., sino de algunos países vecinos como Francia o Italia u otros con menos grado vecindad como Alemania, el mandamás de la Unión Europea, ahora resulta que el actual gobierno de nuestra nación pretende ofrecer la residencia española a todo aquel que compre un piso por valor igual o superior 160.000 euros.

Yo comprendo que todo gestor público está sujeto a inciertas y diversas interpretaciones, pues lo juzgan demasiadas cabezas, pero si antes entendían nuestros socios europeos y gran parte de nuestra población que España se había convertido en la puerta abierta de Europa de cayucos y pateras, además de por tierra y aire y, por consiguiente, se había desencadenado un efecto llamada a la inmigración; no sé qué se podría inferir de esta nueva Ley que se pretende aprobar próximamente.

El caso es que el que tenga 160000 pavos podrá residir tranquilamente en nuestro territorio nacional, siempre y cuando compren una vivienda. Vamos, como si fuéramos tontos y no supiéramos todos quiénes son los que dispondrían al alcance de su bolsillo de esa calderilla necesaria para gozar de la ciudadanía española a todos los efectos.

Lo peor de todo esto es que cuando se dice que la soberanía nacional de nuestra patria está en peligro, corre el riesgo de ser tratado de xenófobo, fascista, racista y cuantos improperios y descalificativos quieran a uno asignarle, por el uso indebido que ha hecho la progresía del término.

Pero bueno, de entrada diré que independientemente de las interpretaciones que cada uno quiera darle al vocablo patria, por otro lado de difícil definición, se debe saber que guarda connotaciones de familia, religión, cultura o formas de interpretar el mundo, entre otros mucho matices semánticos. Bastaría con echarle una ojeada a nuestra historia literaria para observar cuántas veces es utilizado por las mentes más lúcidas y brillantes del pensamiento español desde la época moderna a nuestros días.

Recuerdo, por otra parte, en un programa de TV, que se llamaba "tengo una pregunta para usted", cuando alguien del público preguntó al Sr. Rajoy, que estaba en la oposición por aquel entonces, que por qué se oponía su partido a la regularización de los inmigrantes. A lo que el Sr Rajoy respondió que cuando en una casa cabían un número determinado de personas no se podían meter más por simple lógica.

La sensatez de la respuesta me parece ahora que se desdice con la nueva ley que pretende aprobar, cuyo único objetivo es llenar los millones de pisos vacíos que existen en España, y donde antes no se cabía, ahora sí se cabe. Todo es cuestión de entender el efecto llamada al son de unas trompetas más débiles o potentes.

Yo, que a pesar de todo, me considero ciudadano del mundo, que me doy a los asuntos que tengan que ver con la libertad, no podría elegir el lugar del mundo, que me apeteciera para vivir más que con un visado de turista, cuya duración máxima es de tres meses, salvo en algunos países que obteniendo un contrato de trabajo (como antes en España), pudiera legalizar mi situación en patria extraña.

Ahora con 160000 euros encubrimos la realidad, traicionamos y ocultamos nuestro pensamiento, buscamos madrigueras en la falsedad y no guardamos la gratitud a ese pueblo o patria que empleó los medios que en sus manos tuvo para gratificarnos en un modelo cultural desde antes de nacer.

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sábado, 17 de noviembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

EL AMBIENTE CULTURAL EN ESPAÑA


Joaquín Ureña - www.galeriadeartelazubia.com

Si hurgamos un poquito en el interior del hombre actual, cada día que pasa uno entiende más y mejor los desajustes vivenciales en los que vive sumido el hombre de nuestro tiempo. No nos importa tanto nuestra existencia como el conocimiento público que se tenga de ella. La brillantez intelectual apenas si tiene sentido, si no se exhibe ante la mirada y la aprobación ajena. No digamos ya cómo se esfuerzan, papel en mano, nuestros oradores en los parlamentos que responden a las interpelaciones o preguntas de los adversarios políticos con lo que ellos llevan escrito desde casa, tenga que ver o no con lo preguntado, pero cuentan de antemano con el aplauso de la bancada del grupo al que representan. Escritos, por otra parte -digámoslo claro- torpes, inservibles e insoportables.

Yo tengo la percepción de que cada día se lee menos y por tanto nuestra riqueza lingüística, nuestra competencia comunicativa y nuestra capacidad de procesar en nuestro pensamiento están bastante debilitadas y, como lógica consecuencia, prevalece lo vulgar, lo pragmático, e incluso, irradia cierto prestigio ante los demás el vivir de prisa en la patología acumulativa del dinero.

Sin embargo, nunca se ha escrito tanto, con tanta brutalidad, con menos emoción, con tanta vulgaridad y con tanta bazofia acumulada, en la que la gran industria editorial se ha apoderado del instinto morboso de la gente para promocionar, distribuir y hacer caja con las biografías de protagonistas del famoseo o famosillos, que en otros momentos de la historia no serían, sino, en el mejor de los casos, personajes desarrapados cervantinos.

Pues bien, en medio de este ambiente narrativo que se respira en nuestro país como bálsamo, para reemplazar otras carencias y seguir contentando al ego, contando de mala manera aspectos íntimos de la sexualidad propia, de la hermana o del primero que pasa por la calle; que no tienen, por otro lado, nada de extraordinarios, parece ser que es la lectura que más atrae a la inmensa mayoría del público, o al menos los libros que gozan de más éxito en nuestro país.

Claro que, como quiera que están impresos en papel de muy buena calidad y con unas pastas muy fuertes, parece que todo lo que se dice en los mismos es el verdadero modelo de conducta que se debe seguir como ejemplo de modernidad; además, como se expresa con un lenguaje soez y coloquial, ya no nos queda nada que se haya de ignorar o adivinar del famosete. La intención al escribir, según cuentan, es realizar pedagogía de la normalidad en la anormalidad, que no en lo diferente como debiera ser.

En cualquier caso, los que consumen este tipo de lectura no crean los autores que son tan leídos; pues, teniendo suerte, puede que el público lector se recree en algún párrafo escabroso de la vida del susodicho o susodicha o, en el peor de los casos, en alguna descripción en primera persona de las miradas, del que el mismo autor o autora, eran objeto en una playa nudista, recién autorizada por el concejal del cultura, cuyo nombre también aparece, para ofrecer mayor verosimilitud a la biografía.

En este ambiente cultural en el que los autobiógrafos ensalzan en interminables parágrafos los sutiles calzoncillos de Kalvin Klein o los tangas de Victoria Secret, que atosigan a las pocas miradas pudorosas que quedan (la de algún transeúnte despistado), pretende hacer la Reforma Educativa el SR Wert.

Si además sus soluciones pasan por aumentar la ratio de alumnos en la escuela, el mirar para otro lado cuando nuestros licenciados universitarios se ven obligados a emigrar y triunfan en Alemania y E.E.U.U. o en cualquier lugar del mundo, y nos quedamos con mano de obra mal cualificada, el panorama científico y cultural que nos pinta el Sr. Ministro no puede ser más desolador.


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martes, 13 de noviembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

EL SINDICALISMO EN ESPAÑA


Albert Sesma - Medalla de Honor en el Concurso Nacional
de Pinturade Villaviciosa, Cantabria, 2012 - www.galeriadeartelazubia.com

Mañana (14 de noviembre), los españoles estamos citados por las grandes organizaciones sindicales para manifestar nuestra protesta en contra de las medidas del gobierno a la "huelga general" en todo el territorio nacional.

Muy pronto comenzaran los medios de comunicación a ofrecernos estadísticas disparatadas de unos y otros en cuanto al seguimiento que ha tenido la misma en los distintos servicios de la administración o sectores productivos de nuestra sociedad.

Quiero recordar en otro tiempo (hace muchos años) que cuando ejercíamos nuestro derecho de huelga a veces nos encontrábamos unos cuantos locos del cráneo en una lucha, que en las más de la veces fue productiva, en cuanto a mejoras salariales y en las condiciones laborales, pero siempre nos quedaba un amargo regusto cuando observábamos que aquellos que no se habían sumado a las protestas y, por tanto, no se les descontaba de su nómina los días no trabajados recibían encantados las mismas mejoras que los que habíamos arriesgado el sueldo diario.

Desde entonces, las estructuras sindicales han variado muy poco, por no decir nada y los sindicatos siguen los mismos modelos que hace décadas y han aprendido muy poco del organigrama sindical que tienen otros países europeos, en cuanto al sostenimiento de una huelga en el tiempo. Así sea un día, una semana o un mes arriesga lo mismo en España el que decide ir a la huelga, como el que se queda impasible a que los demás sean los que les saquen las castañas del fuego, y no digamos ya, en cuanto a que sean los propios sindicatos los que se hagan cargo del dinero no percibido por los trabajadores para la defensa legítima del sustento de estos últimos.

Nunca han estado los sindicatos tan denostados en nuestra sociedad, por las continuas contradicciones que se producen en su propio seno, por haberse convertido en otros elementos burocráticos más del sistema y por no aprovechar los recursos que les ofrece el mismo Estado, del que dependen fundamentalmente en su aspecto económico.

A nadie se le escapa, a estas alturas de la película, que tanto las organizaciones empresariales cuanto los sindicatos están subvencionados y, por ende, la independencia tanto de unos como de otros está secuestrada, pues en la medida que no haya independencia, España no será independiente.

Circula por Internet la publicación en BOE (nº 240 de 5 de octubre), el convenio colectivo de personal asalariado del servicio de la Comisión Ejecutiva Confederal de C.C. O.O. de 5 de octubre, la tabla salarial de algunos de sus empleados, según puesto de trabajo, en la que se observa la subida y revisión salarial para este año y los dos siguientes, así como la adjudicación de tres pagas extraordinarias, en la que se puede comprobar que los que menos sueldo tienen de los citados trabajadores es 1400 euros y los que más 3400 euros.

Pues bien, aun sabiendas de que nado a contracorriente, a mi no me parece mal que personas que emplean su vida en el noble ejercicio de defender, teóricamente, a los sectores más débiles de la sociedad, tengan una remuneración acorde con la dignidad del enorme esfuerzo que significa el estar siempre en lucha contra la injusticia y la intolerancia humana y máxime cuando la inmensa mayoría de militantes no cobran absolutamente nada.

Ahora bien, desde el momento en que las subvenciones a los sindicatos en cursos de formación y otras actividades que les han llovido en forma de millones de euros no hayan servido para crear un fondo que garantizara el pago a los trabajadores que decidieran ir a la huelga, sin el miedo de que día no trabajado es día sin remuneración alguna, tenemos que pensar que la estructura sindical está muy tocada y poco modernizada.

Uno no acaba de entender qué objetivos se consigue con la huelga de un solo día en educación, por ejemplo; como tampoco entiendo que al pequeño y mediano comerciante se le prive, ante el miedo de los piquetes informativos, a que no obtenga su ganancia diaria, después de de la descomunal caída del consumo que estamos sufriendo, como tampoco entiendo que no se deba de pregonar que "se compran las camas y los hierros viejos".

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miércoles, 31 de octubre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

EL ESTADO DEMOCRÁTICO ACTUAL


Albert Sesma - Interior Derruido - www.galeriadeartelazubia.com

Hace mucho tiempo, cuando se luchaba en España por la consecución de un estado democrático, y siendo yo aún muy joven, un pariente mío de avanzada edad y de ideas más que conservadoras me interrogaba que qué era eso de la democracia, si él no podía salir a la calle con la seguridad con la que lo había hecho hasta ese momento, que los malandros se habían apoderado de todos los derechos y garantías jurídicas de tal forma que se había perdido el respeto a la autoridad, mientras que las personas honradas no tenían cabida en ese tipo de sociedad.

Eso sí, se contaba con ellos para pedirles el voto, so pretexto de que los contrarios les iban a retirar la paga de jubilados.

Como digo, este pariente mío (fallecido hace tiempo), de carácter hermético y educación castrense, no sé por qué intuí, que votó, no obstante, a Felipe González en su primera legislatura, a pesar de que siempre manifestaba su desacuerdo en contra de las costumbres y de las leyes que había articulado nuestro Estado por aquel entonces.

Recuerdo también cómo fundamentaba sus argumentos inquiriéndome para que le respondiera que para qué quería un hombre que pasaba hambre tanta libertad, puesto que lo primero era el alimento diario, bajo un techo que lo cobijara. Arremetía contra todo y significaba que en cualquier tiempo no había habido ley, ni justicia, ni institución que cumpliera con su deber y que ya comprobaría con los años que lo que unos legalizan otros lo prohíben, siempre en beneficio de los gobernantes de turno.

Hoy, los años de devoción que sentíamos por la restauración de un Estado Democrático por el que luchamos como el menos malo de los sistemas o formas organizativas de la sociedad están dando paso a movimientos contrarios de deslegitimación del mismo por una inmensa mayoría de la sociedad civil, que no se siente representada en los parlamentos en los asuntos que más les afectan.

El Estado se ha convertido en el gran deudor de las empresas, hasta arruinarlas, cuando su afán recaudatorio, paradójicamente, parece insaciable; cercena con sus exagerados impuestos y trabas burocráticas la iniciativa privada, emplea el dinero que recauda en sanear entidades financieras, por la nefasta labor de sus directivos que, a pesar de todo, son remunerados con cantidades descomunales por hacerlo mal; endeuda a España, mediante solicitud de créditos al exterior, y a veces son los mismos bancos los que compran la deuda con el dinero del saneamiento que anteriormente habían percibido.

La deslealtad de muchos políticos con la ciudadanía es horrenda, pues el dinero corre por los paraísos fiscales de forma perceptible en connivencia con determinados políticos o bien circulan por los subterráneos de la corrupción de forma imperceptible.

En fin, creo que hemos envejecido ya en una forma de Estado tan desbordada, que en verdad es prodigioso que pueda mantenerse, como veo también asombroso que la voluntad de los hombres pueda sujetarse a cualquier precio.

En este estado de cosas, veo no ya una acción ni tres ni cientos, sino costumbres de uso común cada vez más frecuentes y furiosas en las que la sociedad se manifiesta al margen de las instituciones, señalando al Estado como al peor de los enemigos y con continuas amenazas a la desobediencia civil.

Los indignados ven cada vez con más rabia como sus exigencias son desoída por nuestros políticos en la calle, en la lucha por conquistar una "democracia real". Lo que sucede es que tampoco, la sociedad civil, es decir, el no Estado sea garantía alguna, ni pueda estructurarse de la noche a la mañana como alternativa al Estado actual.

Tampoco creo en la regeneración y las reformas desde dentro y desde arriba del Estado, ni en la regeneración social y política, ni en declaraciones grandilocuentes de una nueva ética al servicio del interés general y no de una minoría.

Creo en lo que veo: la semana pasada un hombre se ahorcó una hora antes de que el banco lo dejara sin casa, otro padeció dos ictus por el mismo motivo y millares de personas en nuestro país se les amontonan los sufrimientos por no poder hacer frente a sus hipotecas. Así han aumentado las enfermedades, la hambruna y la esperanza de vida descenderá como ha ocurrido en otros países rescatados de nuestros entorno.

Y todo esto, ante el inmovilismo del Estado que se deja llevar al dictado de los mercados, que degrada nuestra condición humana hasta límites insostenibles.


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domingo, 14 de octubre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

LOS ANTIDISTURBIOS


F. Bellaggio- In Venice II- www.galeriadeartelazubia.com

Mucha es la agitación social que se está produciendo en la calle en los últimos tiempos en el mundo occidental, especialmente en Europa y particularmente en nuestro país. Prácticamente es raro el día en el que no se manifiesten distintos colectivos profesionales en demanda de reivindicaciones laborales y económicas por todos las ciudades y pueblos que recorren nuestra geografía (en Madrid se producen 2700 manifestaciones anuales). A veces son excesivamente corporativistas, en detrimento de otros sectores más desfavorecidos y perjudicados por las actuaciones económicas y las sustanciales medidas estructurales que están acometiendo los distintos gobiernos, especialmente el nuestro.

Con esto, en absoluto quiero decir que cualquier manifestación o reunión no gocen de toda legitimidad tal y como reconoce nuestra Constitución aprobada el 29 de diciembre de 1978, regulada por la Ley Orgánica de 9 de julios de 1983 y . "Sólo en los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas, cuando existan razones fundadas de alteración de orden público con peligro para personas o bienes".

Antes bien, estamos llegando a tales extremos que las propias Fuerzas de Seguridad del Estado se manifiestan en demandas que, aun siendo justas, las formas reivindicativas que esgrimen llevan a la población a tal estado de confusión que alimentan las dudas del sistema democrático. Las fuerzas de orden público no deberían de exhibir una pancarta con un texto tan demoledor como el que apareció en días anteriores: "fuerzas y cuerpos de seguridad unidos. Pedimos perdón a los ciudadanos por no poder detener a los mayores chorizos: políticos y banqueros".

Desde luego se debe tener mucho cuidado con lo que se pueda esconder detrás de las citadas aseveraciones, pues estas siempre son el punto último del hablar dogmático y resolutorio; ya que la realidad de nuestro país muestra muchas aristas de soluciones difíciles que podrían ser negociadas mucho mejor de lo que se está haciendo entre los distintos interlocutores sociales y la administración.

A todo esto, al cuerpo especial de policía, adscritos a los antidisturbios, se le amontonan los problemas diariamente (incluidos a los Mossos d`Esquadra y la Ertzaintza), que tienen que vérselas muy duramente en estas tempestades públicas contra la ciudadanía, convirtiendo diariamente nuestras calles en campos de batalla.

Recuerdo amargamente a aquellos "grises", al servicio de poderes antidemocráticos que apaleaban, torturaban y que no disparaban contra los manifestantes precisamente pelotas de goma; se realizaban juicios sumarísimos, la población se jugaba la vida para hacerse entender al grito unánime de: "disolución de los cuerpos represivos" y en donde el derecho de reunión o manifestación estaba prohibido.

Hoy me parece poco noble que a estos Cuerpos Especiales de Seguridad del Estado se les trate de manera tan injusta como intransigente, cuando tratan de disolver manifestaciones de forma expeditiva, como en cualquier país democrático del mundo, para hacer cumplir la Ley Suprema: La Constitución Española, que hemos aprobado libremente todos los españoles.

Los antidisturbios ofrecen una imagen represora y antipática, nos llenan de espanto cuando los vemos como apalean a la muchedumbres y acometen contra ella. A veces corren cegados para cargar contra la multitud y nos parecen despiadados y sin corazón. Sin embargo, vemos con simpatía, cuando algún policía es malherido de una pedrada, o una valla impacta sobre su rostro, o cuando salen lisiados y con un expediente a cuestas.

Y aun reconociendo, que algunos miembros de la policía se extralimiten y cometan excesos contra individuos indefensos, no podemos por menos que reconocer ni olvidar su lealtad al servicio de la democracia y el no actuar nunca bajo el imperativo de "obligada obediencia", sino que lo hacen al dictado de órdenes superiores del poder democrático que procede de las urnas.

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viernes, 5 de octubre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

JOAQUÍN UREÑA


Joaquín Ureña-Ventana estudio-www.galeriadeartelazubia.com
 

Si Galán Polaino, uno de los mejores acuarelistas del mundo en la actualidad, se caracteriza, entre otras muchas facetas, por ser pionero en el formato de las grandes dimensiones de sus acuarelas, con un marcado sentido social y un estilo muy próximo al expresionismo, podemos decir que Joaquín Ureña es todo un despliegue de virtuoso dominio de una nueva estética en formatos de acuarela de hasta 200 x 200 cm., de una hondura en el contenido y con un lenguaje tan atrevido en su temática que sólo así tiene espacio por sí sola la figuración.

Desde 1986 su inspiración bebe del silencio interminable de los objetos que le rodean en la intimidad de su estudio, rodeado de todo tipo de objetos: el paraguas, la bolsa de papel, los pinceles, los botes de pintura, el flexo, la mesa, el sofá bajo la jarapa que lo protege y un sinfín de objetos cotidianos que anuncian la presencia de un alma que ha habitado desde siempre en ese lugar.

Sin embrago, de todos los objetos de sus interiores (que no son otra cosa sino la proyección de la intimidad de su mundo), destacan los libros, que parecen amontonados en su mesa de trabajo, o fielmente colocados en las estanterías como asideros al conocimiento y a la cordura de un alma profundamente inquieta en la búsqueda pertinaz del hallazgo.

Joaquín Ureña no es un acuarelista al uso (ni siquiera en el papel que utiliza), pues de cada uno de los objetos que pinta, en el interior de su reducido espacio, aparece el lenguaje de los sentimientos, circunstancia básica para que aparezca el arte y ,por ende, el artista. Cualquier objeto es motivo de materia pictórica que cobra vida en su pincelada.

Para Joaquín Ureña la calle parece ser un espacio hostil y antipático, por esto su mirada no nos deja observar más que a través de la cristalera de su ventana, lacada en blanco, y asomarse tímidamente la luz artificial de la farola en la calle o las luces encendidas de las ventanas del edificio colindante; el resto lo deja a la libre interpretación del espectador. Es sólo, por consiguiente, su mundo interior el que le hace compañía y reconforta; algo al alcance de muy pocos.

Ese temperamento cuidado y esmerado le permite ordenar muy bien la simetría de los objetos, para tejer una estructura geométrica firme, lógica y precisa, para conseguir armonizar de forma magistral su obra.

Sin embargo, no es sólo el orden de los objetos, ni su disposición, ni el dibujo, lo que provoca frescura al mirar, sino que imbricado a esa ordenación existe un orden plástico, en el que los colores están dispuestos de tal suerte que los tonos de luz (artificial o natural) son confortantes y los tamiza o los enfoca sobre los objetos en un contraste de colores, dispuestos con tal armonía, que podemos captar la intensidad de la luz y de la atmósfera.

Las relaciones, por tanto, entre la intensidad de la luz y el valor de las sombras las proyecta de forma total en singular.

El conjunto de las acuarelas de Ureña hay una individualidad, un sentido de las cosas y tal dominio técnico, que en la captación del detalle más nimio, parécenos que nos encontramos con un pintor hiperrealista, pero nos sorprende, cuando comprobamos, al observar el detalle, con qué maestría ha sembrado con el trazo, la duda en la mirada del espectador. La mano del oficio se deja ver en esa soltura con que maneja los hilos de la distancia.

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miércoles, 3 de octubre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

CRISIS Y ESTADOS DE ÁNIMO


Joaquín Ureña - Luz en la mesa - www.galeriadeartelazubia.com

Ayer, hablando con un conocido me manifestaba su estado de desasosiego, su turbación y cómo las preocupaciones le estaban fastidiando la vida; a la vez me indicaba que la mayoría de la gente con la que tenía que tratar en su negocio les sucedía algo parecido, que el personal estaba cabreado consigo mismo y con el mundo entero, y me interrogaba si no tendría alguna relación estas actitudes con la crisis económica que estamos padeciendo.

La pregunta me hizo reflexionar. Me detuve un poco a pensar y comprendí que verdaderamente las personas, que hemos vivido en este mundo mercantilizado, cada día estamos más envenenados y lo peor de todo es que, aunque los asuntos económicos repercutan de manera muy directa en el estado anímico, por si solos no lo explican todo.

Seguí, a solas, dándole vueltas a la cabeza, y comprendí que el carácter de la época presente está marcado por un sistema sin fin moral, dado que casi todas las instituciones han perdido su tendencia unitaria, en contraste con otras periodos de la historia u otros lugares habitados de nuestro planeta (muy pobres por cierto), en el que la gente está afortunadamente unida por la comunión de ideas: sus relaciones con el prójimo se sujetan en creencias sociales muy arraigadas y en sentimientos muy profundos.

Los delirios de grandeza que ha vivido Occidente y la apología del vicio, que incluso se ha practicado en este lado del mundo, no son asumidos por parte la población con demasiado entusiasmo y algunos llevan peor la factura de su teléfono móvil que sentirse almas retorcidas.

Con esto no quiero decir que los que hayan perdido, su trabajo, su casa, su negocio y hasta el pan que nos sustenta, deban estar contentos con la acción de los que les han provocado tanto mal, así como tanto fracaso y frustraciones diarias por no poder atender con dignidad y legitimidad a las familias que tienen que mantener y defender.

Digo que llevamos mucho tiempo con el sentimiento vacío, ya hasta con los seres más cercanos, y digo las contrariedades que siguen sufriendo los pueblos en donde vive instalada la injusticia de forma permanente, en donde millones de niños mueren de hambre, o en donde dos tercios de la población viven acosados por la hambruna y, sin embargo, mantienen aún la esperanza; y digo que existen cientos de conflictos internacionales abiertos en el mundo (lo que antes se denominaban guerras), y digo, por último, que de las crisis no se sale con el desánimo, con el malestar, con el abatimiento o con el desconsuelo.

De las crisis se sale con actuaciones nobles ( pero sépase que para que sean nobles deben ser arriesgadas), con responsabilidad, con las manos abiertas y la sonrisa en los labios, con perseverancia para enfrentarse a los problemas cuando nos acucian, con el trabajo de todos (aunque el de los políticos lo dejemos aparte), con el sentimiento, sin escatimar ante los indefensos, uniendo lazos con la humanidad, y con nuestro conocimiento y nuestra inteligencia al servicio de lo humanitario.

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domingo, 9 de septiembre de 2012 | Por: Pedro López Ávila

ACOSADORES TELEFÓNICOS



Cuando Antonio Meucci en el año 1857 inventó el teléfono, nunca podría haber imaginado el vertiginoso triunfo que supondrían en el avance del conocimiento y la aceleración del tiempo histórico, hasta llegar a la explosión técnico-científico en la historia de la humanidad a la que estamos asistiendo, apenas sin darnos cuenta. Hasta tal punto que gracias a tan cándido invento (pues sólo pretendía comunicarse con su mujer desde su sótano al piso de arriba) contribuyó, sin duda, a que en la actualidad podamos comunicarnos desde los lugares más recónditos de nuestro planeta e incluso recibir información sobre las características de otros planetas.

Lo que Meucci nunca hubiera previsto es que el teléfono hoy me esté jodiendo la vida, sobre todo la hora de la siesta en verano, costumbre muy española, pero que al parecer es recomendada por gran parte la comunidad médica internacional como componente terapéutico para la salud. Soy una de las personas más exentas del sentimiento de venganza contra nada ni contra nadie, pero tengo que reconocer que los sentimientos más malévolos y dañinos salen de mí contra las compañías de teléfonos, cuando se introducen por la cara en mi casa a las horas que les da la gana, con mucha perseverancia, en aluvión de llamadas que perturban el reposo que quiero o necesito.

A este ejército de gladiadores de la telefonía, se les ha unido una plaga de compañías aseguradoras, gas natural, canales de TV de pago y un sin fin de comerciantes que están atormentado mi digestión y mis costillares por la frecuencia con que tengo que incorporarme desde mi posición de descanso. En este proceloso mundo, en el que bastante tenemos con soportar a malintencionados conductores de la cosa pública, que parecen una ciénaga de cocodrilos a todo flúor, que pueden sancionar con multa y retirada de mercancía al que vende berenjenas en la vía pública, sin ser siquiera pregonadas y en horario poco enojoso para nadie; sin embargo, mantienen total impunidad para los fariseos de las multinacionales, que roen los calzoncillos a dirigentes y legisladores trincones, que son los auténticos causantes que me impiden conciliar el descanso.

Si uno tiene mala suerte, atiende la llamada y cuelga, es fatídico, porque de forma pertinazmente obsesiva volverán a llamar cuantas veces sean necesarias, hasta sumirme en la confusión de vivir en un mundo perro. Pero puede ser peor aún: en una ocasión entendí, en estado de abatimiento, que era un medio honrado para defenderme del acoso de un "pringadillo", que llamaba por tercera vez de forma consecutiva, mandarlo a tomar, un poquito nada más, por donde amargan los pepinos. Fue una reacción tan irreflexiva como imprudente por mi parte, pues no hubo forma de protegerme del golpe, fue darle la espada al enemigo, de tal forma que estuvo haciendo llamadas durante dos días consecutivos a distintas horas del día y de la noche.

Y digo yo: ya que a nuestros legisladores todo esto les trae al pairo (pues estoy seguro que a ninguno de ellos les dislocan la siesta) que, para regular estas situaciones, alguien podría inventar un cortafuegos contra estas grandes compañías, con el objeto de que cuando se lanzaran al festoneo de captación de clientes, el receptor tuviera la posibilidad de dejarles el dedo tieso como a una estalactita, al menos durante un mesecito. Estoy convencido de que tan revolucionario invento, a pesar de la crisis que estamos sufriendo, tendría tal grado de aceptación (sobre todo entre los amantes del descanso de después del almuerzo) que el producto se vendería por si solo de forma tal que no necesitaría ningún tipo de promoción.

El morbo de pensar en que pudiéramos combatir las intempestivas llamadas, podría producirnos tal placer que, aunque no fuera ni alimenticio ni sensorial, podría llevarnos, incluso, a prescindir de gastar en calzar en vestir o componer la casa, pero al menos habríamos conseguido el equilibrio de nuestro espíritu. Hago acto de contrición por disponer de línea de teléfono; mis remordimientos son aún peores por no tenerlo siempre descolgado para haberme evitado esa furia crónica, que se me ha instalado en el alma, contra esa innoble maquinaria de acosadores que se ensañan de forma hostil con mi reposo, y siento la insatisfacción de que a estos agresivas compañías nadie les haya mostrado las veredas que conducen al acantilado.

Estos memos directivos de la camada de la telefonía han llegado a ser tan profundamente avariciosos que siquiera se detienen para realizar una búsqueda selectiva de las personas que nos hemos negado cientos de veces a contratar sus servicios. Es más, su descoordinación es de tal magnitud que una misma compañía ha llegado a transgredir mi intimidad hasta cinco veces al día. Lo peor de todo es que no puedo hacer nada para evitarlo.

Broma a una televendedora (técnicas disuasorias):

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Artículo publicado en Ideal en clase: http://en-clase.ideal.es/index.php/opinion/1091-acosadores-telefonicos.html

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viernes, 17 de agosto de 2012 | Por: Pedro López Ávila

ASALTO A LOS SUPERMERCADOS


Miembros del SAT durante el asalto al supermercado Miembros del SAT durante el asalto al supermercado

Hace muy poco tiempo comentaba en un artículo publicado en IDEAL bajo el título de "La crisis y los partidos políticos" que cada día que pasaba los partidos políticos se encontraban más a merced del poder económico y que aquel, cada vez más debilitado, se dejaba llevar en vez de dirigir y, por consiguiente, se debería crear un frente común, para evitar que los antiguos enemigos del sistema democrático pudieran encontrar el mínimo resquicio para justificar comportamientos que se corresponderían más con la irresponsabilidades que con auténticos procesos revolucionarios.

Verdaderamente, uno no llega a alcanzar hasta qué punto, la desmesurada acumulación de la riqueza, el silencioso, asesino y ciego laberinto de los mercados y las conspiraciones de aquellos que nadie encuentra su rostro, pero son los que, a través de delicadísimos hilos de ingeniería económica, están provocando la recesión, el paro y la hambruna en nuestro continente, les pudiera resultar rentable a medio plazo. Me gustaría saber si realmente podrían tener calibradas las consecuencias cuando los pueblos se vuelvan furiosos ante la necesidad.

Digo todo esto por las perspectivas inmediatas de futuro ante el gravísimo momento en el que nos encontramos, en el que parece que urge que cada uno se decida a meditar sobre la grave responsabilidad que tendrá que contraer para con sus hijos y sus nietos. Parece inútil, esconder el pico debajo del ala, y distraigamos el pensamiento con los éxitos de la Selección Española de Fútbol o con la fresquita cerveza recién sacada de la nevera en la playa, mientras de manera tranquilizadora nos reconfortamos enorgullecidos, porque en el chiringuito nos hubieran "clavado". Los problemas seguirán en pie, aunque nos tapemos los ojos con las manos.

Por otro lado, como entendía Claudio Sánchez Albornoz, cuando los pueblos enfurecen "El acrecentamiento de los medios represivos suele producir la esclavización, por ellos mismos, de la sociedad y del estado que los crea". Es vano empeño poner puertas al campo, y mucho me temo que va ser imposible evitar las tronadas sociales que asoman en el horizonte en el último quinquenio europeo.

La imagen del asalto al supermercado han dado la vuelta al mundo La imagen del asalto al supermercado han dado la vuelta al mundo

Pues bien, la riada ha empezado a anegar los campos: El Alcalde de Marinaleda y Diputado Autonómico por IU, Juan Manuel Sánchez Gordillo, junto con un grupo de sindicalistas han asaltado dos supermercados en Andalucía, para llevar los productos a un banco de alimentos y ha afirmado que no descarta nuevos asaltos a supermercados, "porque alguien tiene que hacer algo".

Es evidente que por muchas previsiones de futuro que se tengan sobre la meteorología las tormentas podrán predecirse, pero nadie podrá evitarlas y sería peregrina locura intentar contener de forma coercitiva las riadas de irritación de las gentes desposeídas hasta del alimento diario. De la misma manera tampoco es imposible interrumpir el curso de la historia, por más que se aumente la maquinaria de las fuerzas coactivas.

Quizá nunca, desde que se restableció la democracia en nuestro país, haya existido un desdén tan generalizado en contra los conductores de la ciudadanía, que parecen querer restaurar formas de vida y de gobierno, que cumplieron ya su proceso histórico, que han sido superadas y que sólo la ignorancia de la historia les hace querer remontar río arriba el curso del pasado.

Las buenas intenciones, cuando están dirigidas sin el juicio y la prudencia que cabe esperar de nuestros representantes políticos, pueden empujar a los hombres a actuaciones que ejerzan el efecto contrario al que se pretende. Así, si el Sr. Sánchez Gordillo entiende que el mejor ejemplo o "acto simbólico" de lucha contra la injusticia social (en estos momentos de nuestra historia) es asaltar supermercados o bancos, o lo que sea, para repartirlos entre los desheredados sociales él mismo, sus compañeros de partido y sindicato, como los garantes de la equidad, me parece que se equivoca, por mucha polvareda que levante.

Estoy convencido que desde la legalidad cabrían otro tipo de actuaciones que, aunque parezcan antiguallas marxistas, serían mucho más eficaces para combatir al espantoso torbellino de los mercados, que se les han subido a las barbas a los gobiernos y que estos parecen anunciar el fin de un proceso histórico, provocado por el colapso del sistema capitalista, porque saben sobradamente que llegará el momento en el que nadie podrá pagar con lo que no se tiene.

Si los desatalentados grupos de poder económico no ceden frente a lo sensato, lo posible y lo cuerdo, nadie podrá canalizar el torrente cuando se desborde y el proceso revolucionario se propagará por toda Europa como una jauría de perros rabiosos. La civilización puede morir, aunque parezca increíble; la democracia está en peligro, en la esencia de la injusticia está el germen de las más trágicas y sangrientas revoluciones del pasado; hoy el germen, sépase, está más activo que nunca.

(*) Pedro López Ávila es catedrático de Lengua y Literatura y poeta Blog personal: http://pedrolopezavila.blogspot.com.es/

Nota: Este artículo de Opinión se publicó en la edición impresa de IDEAL correspondiente al martes, 14 de agosto de 2012 (Pág. 25) y en ideal en clase (pincha aquí para ver)

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lunes, 30 de julio de 2012 | Por: Pedro López Ávila

LILLY CUÁ


Manuel Barahona - Segando en pedrera - www.galeriadeartelazubia.com

El pasado día 1 de julio falleció Lilly Cuá, una joven guatemalteca que padecía un tumor cerebral, después de haber sido operada en Málaga y que había sido expulsada de España meses antes, porque llegó sin dinero.

Cuando regresó de nuevo con pecunia suficiente, quizá a destiempo, fue operada en el Hospital Carlos Haya de Málaga y tras sufrir algunas complicaciones, la muerte la envolvió en su trágico laberinto, cuando tan sólo contaba con 23 años de existencia.

Sin embargo, a pesar de estar sentenciada por una terrible enfermedad, tuvo que luchar contra las inercias burocráticas (en forma de papeleos en España, o reivindicaciones laborales en su país) con el coraje incorregible que caracteriza a quien siente apego a la vida y supera el sufrimiento, para sobreponerse a la adversidad de cuatro intervenciones (a vida o muerte) a las que tuvo que someterse; así como viajes de ida y vuelta desde un país olvidado hacia otro herido por el universo de los recortes.

Tras ser operada por quinta vez, fue cuando definitivamente se apagó la luz y se marchó definitivamente en presencia del inconsolable dolor de su madre, María, quien la acompañaba siempre con la ternura desgarrada de sujetar el penoso padecimiento de Lilly, frente a la desventura de tantos tropiezos y males acumulados.

Sin embargo, de todo cuanto nos acontece, por inesperado que sea, siempre intentamos interrogarnos del porqué los reveses de la vida les suceden a algunas personas y no a otras, sin reparar en que de puertas a fuera parécenos que los otros tienen una existencia más plácida que la nuestra, pero de puertas a dentro siempre se lleva el llanto a escondidas, nos sentimos débiles ante la preocupación de que, al ser contingentes, nos proyectamos en el otro y nos inunda la angustia, a no ser que la ignorancia debilite en demasía a los sentidos y perturbe a la cordura.

Nuestras antiguas religiones, que emergen con múltiples formatos en nuestras sociedades actuales sostenían que las almas, al ser eternas, no cesaban de moverse y de cambiar de un cuerpo a otro, de tal suerte que, según hubiera sido su comportamiento en la tierra Dios les ordenaba habitar otros cuerpos más o menos penosos según hubiera sido su conducta. Si había sido valerosa se alojaba en el cuerpo de un león; si maliciosa en la de un zorro, hasta que purificada por este castigo, volvía a recuperar el cuerpo de algún hombre.

El caso es que el misterio, el enigma y la ciencia se han dado la mano para que con la lamentable desaparición, con el fallecimiento, de Lilly Cuá después de soportar un auténtico calvario de los despropósitos del abismo burocrático y del desatalentado imperio del dinero, hoy haya llevado la vida a tres personas sentenciadas irremisiblemente a la muerte, con la donación de sus dos riñones y el hígado.

Era incompresible para María, su madre, justificarle la imagen de un corazón que latía, del cuerpo que había engendrado, pero ya sin actividad cerebral, que su hija había muerto para siempre, pero que, paradójicamente, con su muerte se inundarían de alegría las almas de tres personas que volverían a sentir la luz para vencer la tristeza y la muerte.

Lilly, ahora te quiero decir que estás más viva que nunca, que han desaparecido tus dolencias, que tu vida vibra en el corazón de mucha gente, que hemos conocido tu rostro en los periódicos y se nos ha adherido al alma de la tierra de Lorca y que el pueblo de Guatemala, tus familiares, tus vecinos, tus amigos y allegados se sienten más cerca de ti que nunca, porque tú también, aunque de otra manera, has vencido a la muerte.

Tú, que tantas veces la viste como te rondaba, has hecho brotar la vida hermanada en otros que ni siquiera conocías, volteando la conciencia (si es que la tienen) de todos aquellos que en nada os ayudaron a tu madre y a ti, que os perjudicaron, que os llevaron a paso lento a tu curación y que sólo fueron más diligentes cuando reuniste dinero.

“Muchas gracias a todos por cuidarme” –fueron tus primeras palabras tras una de las intervenciones a la que fuiste sometida- Gratitud y generosidad han marcado tu corta existencia en el mundo, pero Lilly sería injusto de la misma manera no hacer mención por su humanidad, profesionalidad, entrega, sacrificio y vocación a la Doctora granadina Mercedes Alonso Coordinadora de la ONG “Senderos e Maíz”, porque edificó tres nuevas vidas en los momentos de lo imposible y llenó de palabras vivas y reales a tu familia y a ti, cuando nadie sabía que respuesta darte.

Para colaborar: www.senderosdemaiz.org

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martes, 12 de junio de 2012 | Por: Pedro López Ávila

LA CRISIS Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS


Francisco Balderas - Oteando el horizonte - www.galeriadeartelazubia.com

Hoy ya todo el mundo entiende que cuando sube la prima de riesgo es que la cosa marcha mal, aunque no sea necesario comprender el aspecto conceptual de la misma.

El caso es que en nuestro país se ha desplegado una situación de pesimismo, una desconfianza generalizada y una especie de conjura contra clase política, cada vez más abrumada, incapaces de sofocar principios de disturbios de un pueblo, que puede llegar a ser furioso como está ocurriendo en Grecia, si no somos capaces de transmitir discursos creíbles que se correspondan con actuaciones y conductas morales, que no estén movidas ni desviadas por intereses personales o de grupos de poder.

Los que predican confianza o desconfianza con el pretexto de predicar a la ciudadanía de que toda irá a mejor o peor en poco tiempo, no hacen sino predicarles la ruina y la vergüenza, porque de sobra saben que el poder económico y el tejido industrial se ha instalado en otros países muy lejanos, con los que difícilmente se puede competir, entre otros, China, Japón o el gran monstruo dormido: Brasil, que muy pronto aflorará como un gran potencia económica internacional.

Los antiguos enemigos del sistema democrático, los neonazis o la extrema izquierda han encontrado en esta coyuntura el clima propicio en aquellos que de la noche a la mañana se han encontrado con la pobreza, la miseria ante sus ojos y hasta con la hambruna. Con una dialéctica perversa han llegado al sentimiento más bajo del ser humano, para conseguir cotas de poder inimaginables hace muy poco tiempo.

Si el poder político cada día que pasa se encuentra más a merced del poder económico, aquel debe realizar (entre otras muchas funciones) pedagogía política, para que el hombre honrado se mantengan apartado de "manos fuertes" y no confíe en ellas por muchas promesas que les hagan y mucha utilidad que a ello vean. A esta labor inexcusable, deben contribuir activamente los medios de comunicación, filósofos, escritores pensadores y, sobre todo, el propio poder económico por mucho que le pese, pues el enemigo, siempre, históricamente, se vuelve más hostil con la huida o el silencio y ensoberbece, cuando nos ven temblar bajo su poder.

Imagino que a Angela Merkel se le habrán abierto las carnes, cuando haya visto al líder del partido "democrático" griego, "amanecer dorado", acompañado de matones de discoteca de medio pelo, que imperaban a periodistas y fotógrafos asistentes a una rueda de prensa diciéndoles: "levantaos todos y mostrad respeto", o cuando gritaba como un energúmeno por las calles: ¡todos los inmigrantes ilegales, fuera! ¡fuera de mi casa! o su deseo de bombardear las fronteras para que no entren inmigrantes. Parece, igualmente, inimaginable que un diputado de "amanecer dorado" (un morlaco misógino) agreda a puñetazos y a bofetadas a mujeres, lo que corrobora la tesis del latente peligro al que podríamos llegar con estos tipos en los parlamentos, sean de un signo o de otro.

Imagino esto, porque la SRª Merkel debe tener testimonios directos de lo que significan estas formas de gobierno a las que se acceden a veces a través de las urnas, y sería bastante mejor,también, si entendiera el refranero español, sobre todo, aquel que dice: "cuando las barbas del vecino veas cortar pon las tuyas a remojar".

También me gustaría creer que el Sr. Obama estará tomando buena nota de la situación europea, y aunque, a fin de cuentas, cada país va a lo suyo como cada uno va a defender sus propios intereses personales, el orden democrático internacional puede correr el riesgo de coger el camino del desaliento, dejándose llevar en vez de dirigir, sin tener en cuenta que el temor y la desconfianza son buenos rescoldos que prenden rápidamente en ideologías extremistas y de las que también debe tener, el dirigente amercano, testimonios directos y muy próximos a EE. UU.

Debemos crear, por tanto, un frente común que impida el paso a los que las ideas democráticas y la libertad les puedan parecer incompatibles con el progreso moral y económico; debemos explicarle a los pueblos que el enemigo más cercano está dentro de nosotros mismos si dejamos vacios el entendimiento, la conciencia y la memoria, cuando nos amenaza la necesidad.

Los políticos no pueden traicionar los valores que se imparten en la escuela, no tienen derecho a la ostentación, al lujo, al dispendio; llevar unas costumbres bajas y viles, peores que la de gente más ruin, sino que deben poner su saber al servicio del beneficio de todos, haciendo frente a sus propias ideas de globalización, reordenándolas más racionalmente, reconquistando la soberanía nacional y poniendo freno a la desmesurada ganancia y acumulación de dinero rápido y fácil de los inventores del sistema globalizado, que han arrastrado a muchos gobiernos que no gobiernan (ahora le toca al nuestro) a un retroceso económico tal, que ya Cruz Roja está solicitando ayuda internacional, para sofocar la hambruna que de forma definitiva ha arribado a los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad.

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jueves, 7 de junio de 2012 | Por: Pedro López Ávila

LA PERSONA


Balderas - El hojalatero - www.galeriadeartelazubia.com

Una cosa es como creemos que somos, otra es como aparentamos ser, otra como nos ven los demás y otra, bien distinta a las anteriores, es como somos.

El recuerdo de una buena acción o de una gracia particular nos hace creer que somos bondadosos y ponderados, o que nos vean o nos piensen como juiciosos e imaginativos.

Por el contrario, a veces, una simple mueca de desagrado, que no hemos sabido dominarla, corrompe a aquellas primeras impresiones que se tienen sobre nosotros y nos aflige y nos conduce a la impostura en nuestra forma de ser.

A partir de ahí, nos juzgamos a nosotros mismos y a los demás como si el hombre estuviera hecho de una naturaleza monolítica e inmutable por la que siempre tiene que caminar en una misma dirección para no defraudar en los otros lo que aparentamos ser o lo que nuestra conciencia cree de nosotros.

Tenemos una enorme fragilidad para calificar lo que fuimos ayer como si hubiéramos sido de la misma manera desde siempre y para siempre, y no mirar lo que somos hoy (ahora) o cómo podríamos ser en un futuro y, por consiguiente, estamos continuamente evaluando a los demás según los dictados de los formadores de conciencias, cuyo objetivo último es "el recto proceder" en el momento concreto, según convenga.

Ese "recto proceder" que tanto lastima a las almas más débiles y les turba los sentidos, impide ver el engaño, la avaricia, la tiranía sumergida, la inclemencia, el dolor y la llegada sigilosa de la muerte; sin haber sentido la mínima percepción, durante la existencia, de una realidad distorsionada (hecha a golpe de martillo y prodigiosa agilidad ) para distraer la consideración que debemos tener sobre la persona, entendida esta como sujeto enlazado a otros sujetos y a los objetos, es decir, la persona como una unidad estructural abierta al mundo y a los otros, pues el mundo adquiere todo su sentido desde el momento que existen otros.

Y, al ser precisamente esos otros los que dan sentido a la existencia, no debemos expulsarles furiosamente su pensamiento o arrebatarles su individualidad y su esencia, o desviarles y cerrarles los ojos, con el objetivo de alcanzar el domino y la aniquilación de los que son distintos, porque hayan seguido travesías distintas en la interpretación (racionalista o vitalista) de su relación con el mundo en el proceso existencial.

Tenemos que aprender a vernos cómo somos, cómo son nuestras conductas y nuestros comportamientos en cada momento en que actuamos, no adaptando nuestras conciencias a las circunstancias más provechosas, que culminen exclusivamente en el beneficio propio, buscando, posteriormente, el refugio en lo que el denominador común considera natural, pero que no puede ser más antinatural en el destino del ser humano frente al mundo.

Valorar la vida por lo que se es o por lo que se aparenta o se pretende ser es abandonar la utopía de deshacernos de los demonios que nos acechan y el triunfo de la miseria y debilidad humana.

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martes, 29 de mayo de 2012 | Por: Pedro López Ávila

SOBRE LA JUSTICIA


El jorge de Trigueros - www.galeriadeartelazubia.com

Permanecer indeciso e inmóvil, sin inclinarse hacia ningún lado, en los momentos en que se reclama justicia, por parte de los que más la necesitan no lo veo ni bueno ni noble.

Los medios de comunicación se ocuparon durante gran parte del verano pasado en mostrarnos, incluso con imágenes espantosas y un compromiso profundo, la hambruna que padecía el llamado cuerno de África como antes lo habían hecho con el terremoto de Haití o como, recientemente, le han dedicado a las fechorías que mediante engaños y falsedades habían cometido determinados miembros de instituciones para arrancar a bebés de sus madres biológicas.

No hay nada más inútil que la inutilidad de la naturaleza humana, que cuando recibe este tipo de noticias el sentimiento de compasión se apodera de nosotros, pero es tan efímero que tan sólo permanece en nuestra conciencia el tiempo justo en que se nos muestra la realidad de los que padecen el horror el secuestro, el robo, la tortura, la sed, el hambre o el terror que implantan los que trabajan sólo para beneficio propio.

Por mucho que me esfuerzo en desmentirme, me indigno cuando siento que la razón y la justicia son un fracaso y la palabra el medio que las instrumentaliza, pues la naturaleza humana está sustentada en cualidades enfermizas que se alojan en nosotros de la manera más natural.

Todos nos hemos mostrado cercanos al dolor y a las reivindicaciones de los otros, pero con la máscara de la libertad en un sistema de libertades, y se nos llena la boca cuando pronunciamos el término de democracia; sin embargo, aquellos que justifican y honran a sus vencedores dirigentes, deberían entender que toda conquista económica si no va acompañada de un imperativo moral en la cooperación desinteresada internacional, es un grave retroceso de la humanidad.

No podemos vivir como los remeros que avanzan de espaldas, no podemos olvidar a esos niños que les usurparon la identidad para siempre con prácticas mafiosas (empleando la mentira y el cinismo), tenemos que secundar a esas familias que buscan a sus hijos y hermanos, aunque algunos se hayan empecinado en archivar sus causas y atender, solamente, a las manifestaciones que hacen más ruido que a las de un centenar de personas que se manifestaron frente al Ministerio de Justicia el pasado día 26; tenemos, en fin, que conquistar que la justicia sea natural y universal, pero mucho me temo que la justicia cada vez será más costosa para el ciudadano y, por consiguiente, menos natural y "más justicia para unos que para otros" con las nuevas reformas que se avecinan en "este sistema de libertades".

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viernes, 25 de mayo de 2012 | Por: Pedro López Ávila

FUNCIONARIOS CHINOS


Joaquín Ureña - Libro abierto - www.galeriadeartelazubia.com

En términos generales, no hay nada por lo que los hombres se esfuercen más en la vida, que en procurar que prevalezcan sus opiniones. A veces el hombre ilustrado y con brillantez intelectual utiliza todo tipo de argumentos recogidos de la tradición; otras, cuando le falta estos medios ordinarios utiliza la fuerza, el autoritarismo, el berrido, el hierro o el miedo en el cuerpo, que viene en envoltura de verdad divina, de otras dimensiones y, si fuere necesario, la superchería que provoca la fiebre y la duda en medio del pavor y del espanto.

Siempre he dudado, desde esta perspectiva, si el número de locos supera al de cuerdos, pues si entendemos que los cuerdos son aquellos que siguen las normas estandarizadas de la existencia y a estos los vemos en multitudes amontonadas en torno a una deidad o al santurrón de turno que ve apariciones, entonces inferiremos, que los locos son muy pocos. Claro, que lo que no acabo de entender es cuáles serían los locos o donde estaría el límite de la locura.

El caso es que se dice hoy día, por muy variadas circunstancia, que el mundo se ha vuelto loco. Esto lo oía ayer, a unos señores aparentemente de porte, cuando en una conversación de cafetería no dejaban de bromear y reírse a carcajadas, a propósito de una noticia que les había llegado, tan incrédula para ellos como real. No era ni más ni menos que los chinos o, para ser más concretos, los habitantes de una ciudad de China habían tenido la feliz idea de limpiar los zapatos de sus vecinos.

Hasta aquí, hombre, parece que la noticia no responde al estándar común de lo que supone la convivencia; sin embargo, había algo un poco más profundo, de calado (como se dice hoy en día), y es que los limpiabotas no eran ni más ni menos que los propios funcionarios de la ciudad, que en un afán de afirmarse y reconciliarse con la ciudadanía realizaban tan hermoso y delicado acto, con objeto de desmontar, imagino, las ideas comunes que existen contra los funcionarios y así desbancar las opiniones que tienen los demás sobre ellos.

Después de ver en nuestro país las batallas infructuosas que traen los funcionarios con la administración y el descredito de estos en la sociedad, pudiera darse el caso de que esto llegara al Congreso o a los distintos parlamentos y algún político lanzara la idea de que esto podría ser extrapolable a nuestro sistema educativo, por ejemplo, y que nuestros profesores les limpiaran los zapatos a los padres de sus alumnos, en aras al buen entendimiento, y lo que en principio pudiera producir extrañeza, con el hábito y el tiempo nos acostumbraríamos a entenderlo sin que fuéramos tachados de locos del cráneo. Estoy seguro que a más de uno no le desagradaría la idea.

El único problema que yo vería a esto es que al aumentar el número de alumnos por aula, lógicamente habría menos profesores y, por ende, muchos más padres a los que limpiarles los zapatos y, claro está, el profesorado no daría a basto, sobre todo teniendo en cuenta que hay algunos padres que, por sus oficios, llevan excesivo barro en sus botas. Además, los profesores perderían mucho tiempo en esta juiciosa labor y dejarían algo de lado otras labores didácticas y pedagógicas que, aunque menos importantes ,también tienen la obligación de realizar para acabar con la ignorancia que aún existe, a pesar de la incredulidad de algunos; pues, aunque nuestro pueblo es culto y sabio (como todos sabemos) todavía es necesario pulirlo un poco más.

La única solución factible, que ofreciera soluciones al problema, sería disminuir la ratio, y así aumentaríamos el número de profesores limpiabotas para que entre todos pudieran ejercer tan loable función, pero no sé por qué me malicio que esto no va a ser posible, pues tengo entendido que Bruselas, o lo que es lo mismo, Angela Merkel, no está por la labor, con lo que perderíamos una oportunidad histórica de alcanzar metas gloriosas para la historia de España.

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lunes, 7 de mayo de 2012 | Por: Pedro López Ávila

LA VENTA DE NIÑOS


Ana Caballero - www.galeriadeartelazubia.com

Todas las naciones tienen muchas vergüenzas que esconder, así como todas las religiones han rebajado a Dios a su medida, para pasarlo por su tamiz y someter a los hombres (por medio de las leyes, la moral, los dogmas, los oráculos o las fantasías) a un orden predeterminado para provecho de una minoría, cuyo objetivo principal es alcanzar el poder, el prestigio social y la gloria.

A veces es necesario remontarse a otra épocas para poder comprobar cómo en la religión de los beduinos se decía del alma de aquel que moría por su príncipe iba a otro cuerpo más venturoso, más hermoso y más fuerte que el primero; por lo cual arriesgaban la vida con mayor entusiasmo. O "bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos".

Si esto fuera verdad no serían necesarias leyes sobre el bien obrar , sino muy al contrario, con la impunidad de la justicia nos bastaría con ser sujetos agradecidos de cuantas especies de maldades nos acecharan desde que nacemos y nos abandonaríamos al sufrimiento y al dolor desde la creencia de que, tras nuestra desaparición, se nos devolvería fielmente la alegría para siempre en la tierra o en otras dimensiones.

Sostengo que el hombre ha evolucionado muy poco, por no decir nada, en lo que se refiere a su conciencia, pues es capaz de adaptarla, de tal suerte que no solamente se traiciona así misma, sino que la combate, y a falta de testigos, apenas nos descubre algo de nosotros mismos.

Todos nos llevábamos las manos a la cabeza, en nuestra historia más reciente, por el secuestro y venta de niños de países subdesarrollados o desarrollados, que compraban las familias más pudientes, en aras a crearles un mejor estado de bienestar y una mejor educación o como mercancía de esclavitud, según los casos.

Cuando fue designado, tras un golpe de estado, con el título de Presidente, el General Videla (1976), en la que la represión llegó a extremos tales que los niños de los padres (asesinados o desaparecidos) fueron secuestrados y entregados a familias que con o sin su conocimiento de esa circunstancia, sirvieron para sustraerles su identidad, a pesar de que, en algunos casos, fueron cómplices de la muerte de sus progenitores biológicos, la conciencia de la gente parecía enloquecer de rabia y de impotencia.

Tenemos el vicio de mirar lo que está detrás de nosotros y no lo que está delante y así tengo una amarga sensación de que a nuestro país se le han amontonado todos los males juntos, de tal forma que, si nos faltaba algo verdaderamente horrendo, son las mafias organizadas de forma autónoma (sin relación entre ellas), que han sido copartícipes (presuntamente) de determinadas prácticas en la venta de niños.

Pero, lo que más daño hace y nos agita es que los miembros de estas mafias (pocos o muchos) pertenezcan a órdenes religiosas en connivencia con algunos sectores de la sanidad y muy probablemente ligados a su vez con sectores de la justicia que han estampado sus firmas y mirado hacia otro lado.

Ahora, al transcurso de los años, mientras esas madres que les arrebataron sus hijos diciéndoles que habían fallecido y sin dejarles la posibilidad de verlos muertos, ya que a las más afortunadas les mostraban un cadáver del frigorífico o una caja de zapatos, en la que aparecía no se sabe qué, envuelto en gasas ensangrentadas, que se han retorcido en el dolor, durante gran parte de la vida, buscan desesperadamente a su propia sangre como las abuelas de la Plaza de Mayo a sus nietos.

Mientras tanto los pocos imputados, que deberían odiarse al reconocerse, no sólo les falla la memoria sino que la conciencia les brida la lengua y jamás admitirán que han vendido niños, cual si se tratara de un artículo de mercado para obtener algún tipo de ganancia.

En cualquier caso, la casuística es tan amplia y la maraña de situaciones tan compleja que existen abismos muy inútiles que mejor haríamos en dejar de lado y limitar las actuaciones judiciales sobre aquellas personas, que han arrancado los hijos a sus madres, con actuaciones viles y cobardes en contra de la propia naturaleza.

De la misma forma, nunca puede ser considerado un niño adoptado (sea de familias desestructuradas españolas, de orfanatos chinos, rusos, de países de América latina, asiáticos o de cualquier lugar del mundo), con los niños robados, mediante la manipulación y la mentira con el lenguaje de los hábitos religiosos, la bata blanca o la toga.

La meritoria labor de los padres, que adoptan niños (a veces con muchas dificultades psíquicas, orgánicas o ambas a la vez), para proporcionarles una vida más confortable y en plenitud, merecen el mejor de los reconocimientos sociales por tan elevada altura moral, pero eso es otra cosa.

Artículo publicado en IDEAL EN CLASE: http://en-clase.ideal.es/index.php/noticias/actualidad/946-pedro-lopez-avila-la-venta-de-ninos.html

Asociación SOS Bebes Robados Cádiz


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sábado, 28 de abril de 2012 | Por: Pedro López Ávila

COMENTARIO SOBRE "CUADERNO DEL IMPOSTOR"


Durante la presentación

José Lobato leyendo uno de sus poemas

El pasado jueves fue presentado el poemario "Cuaderno del Impostor" de José Lobato en el marco de actividades programadas por la Feria del Libro de Granada. El libro nos trae una amplia gama temática y un incitante espacio para la reflexión. Se presenta estructurado en tres partes: " luz por llegar", "Epifanía" y " "el ángel soñado". Se trata de una poética que se asoma a distintas tendencias, temáticas y estilos, confiando el autor, casi de forma exclusiva, en las estrictas disciplina del lenguaje, que maneja de manera magistral, como elemento liberador que le permite redimirse, mediante la explicación de lo intimo, del dolor que le provoca el paso del tiempo, el extrañamiento, el recuerdo, el alejamiento , la separación y la soledad y que se elevan como protagonista no retóricos.

En la primera parte, luz por llegar, el autor nos muestra un irrefrenable anhelo, que raya el misticismo, por encontrar su alma, a través de la inteligencia, en un incesante peregrinar que le permita encontrar la esencia de su verdadero ser, en el paso que va de lo sensible a lo inteligible, así como una cierta atrición por no haber llevado una vida más auténtica, sino haberla vivido en su remedo o apariencia y sentirse rehén de sus propios hechizos.

En la segunda parte, "epifanía", hay un claro descenso desde la transcendencia a lo estrictamente personal y autobiográfico, un repliegue hacia lo privado, un repliegue hacia la narratividad cotidiana, sin pretensiones de objetividad, en el que el yo lírico se asoma arrojado al tiempo contra la amenaza del recuerdo, la memoria y el deseo; a la vez que nos muestra su dolor por la desvinculación con la persona amada de manera definitiva, sin solución como una despedida sin retorno, pero ahora con un lenguaje más cercano y familiar.

En la tercera parte, "el ángel soñado", José lobato, con los cimientos sólidos del recuerdo en la memoria amorosa, los toma como elemento de resistencia frente al poder destructivo del tiempo y como ingrediente fundamental en la construcción de nuevas o antiguas emociones que recrea en consumación de experiencia carnal, que pueden ser muchas cosas, pero en ningún caso, una simple circunstancia biográfica, referida con inmediatez o simpleza.

Un espacio de duras aristas y un tiempo esquivo se asoman a este poemario, pero también hay en estos versos la presencia afable de una voz que quiere refundar un mundo, donde el dolor quede conjurado, donde el espacio no quede interrumpido y donde el tiempo no dicte condena.

Para ver un poema de este libro pincha AQUÍ

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lunes, 23 de abril de 2012 | Por: Pedro López Ávila

"CUADERNO DEL IMPOSTOR"




El Próximo día 26, jueves, se presentará el poemario Cuaderno del Impostor de José Lobato en el Edificio Zaida. Fundación de la Caja Rural (Puerta Real) a las 20.30h. El acto está programado dentro de las actividades de la Feria del Libro y cuya presentación correrá a cargo de Pedro López Ávila. Más adelante realizaré en este mismo blog un comentario crítico de este magnífico libro de poemas.

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martes, 10 de abril de 2012 | Por: Pedro López Ávila

LA OBRA DE ARTE. ANDRÉS RUEDA



Nunca he pretendido ser crítico de arte, aunque algunos se extrañen de mi osadía al ver como realizo algunos comentarios pictóricos sobre distintos autores, pero también es verdad que siempre he pensado que cada cual está de algún modo en su obra.

Ya sé que la obra del pintor, como la del músico, literato o escultor es plurisignificativa y que los críticos, según me comentaba un virtuoso pintor, son los encargados de sobrevalorar o infravalorar determinadas tendencias, estilos o autores dentro del mundo de la pintura, por la cual, evidentemente, cobran para llenar de pureza los oídos de los ignorantes.

Por tanto, la belleza, por poderosa que sea, no tiene razón para hacerse saborear exclusivamente por los intermediarios, aunque en el mundo en que vivimos, tan lejos de las artes, necesitemos medios externos que la expliquen a espíritus débiles y lánguidos para hacerse agradable.

Pensaba A. Machado que el elemento poético era "una palpitación del espíritu, lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo dice en respuesta animada al contacto del mundo".

Ocurre que la historia nos ha dado muestras de que muchos de nuestros mejores pintores y escritores vivieron en la más absoluta precariedad durante su vida y en el fluir del tiempo fueron rescatados a la gloria más, incluso, que aquellos que en su tiempo, al ser más vigorosos por sus adhesiones a la estética dominante resolvieron mucho mejor su situación socioeconómica.

A lo que iba: he observado, como amante de la pintura, a través de Internet y de algún medio próximo, que el pintor neoimpresionista, como yo catalogo con demasiada imprudencia, Andrés Rueda, siempre se presenta con el rostro descubierto, sin mirar en exceso su ombligo, fuera de tendencias, fuera de las prisas del tiempo actual y de disciplinas de mercado, pero imponiéndose siempre a la coherencia de las emociones que la luz y el color de sus obras nos invocan.

También, es cierto que una determinada tendencia, estilo o motivo de cualquier autor pueda gustar más o menos, pues nuestra capacidad no es tanta para osar comprender la disposición de la materia que ha llevado al autor, para que sea esa su finalización o su creación y no otra en la ejecución final de la obra.

Lo que sucede es que la pintura de Andrés Rueda atrapa, seduce, cautiva, ilumina los falseamientos de la experiencia real, de tal suerte que el espectador no queda indiferente a la fuerza expresiva de sus colores, de sus luces, de sus sombras y de sus nieblas, siempre con un toque de esperanza en el color que nos redime de la rigidez de un orden racional.

Esta pintura de Andrés tan alejada de academicismos, de dogmas, de clubs de pintores, de un mundo donde habita la mentira y la manipulación, tiende a constituirse (en solitaria búsqueda), en un impulso vital de una verdad, que es la suya; donde los lirios, las amapolas, las florecillas silvestres, los atardeceres, los amaneceres y la naturaleza (virgen o agitada), encuentran cobijo en toda su obra y es, en último término, una palpitación de su propio espíritu, que consigue transmitir a muchas almas que no necesitan un conocimiento especial sobre el arte.

Decía Aristóteles que los buenos legisladores cuidáronse más de la amistad que de la justicia. Por tanto, estas ideas sobre Andrés Rueda, pudieran parecer menos bellas y menos acertadas a aquellos que conocen la amistad que profeso, entre otros muchos, a este pintor, sin necesidad de estar ensamblados por alguna casualidad o conveniencia.

Por consiguiente, como no quisiera que nadie entendiera que lo que acabamos de decir pudiera envilecer mis sentidos, quiero someter a la propia percepción de todo el mundo el último cuadro de mi amigo Andrés, que aparece más arriba.

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