miércoles, 25 de mayo de 2011 | Por: Pedro López Ávila

TRÉBOLES DEL PENSAMIENTO

Pedro Roldán - www.galeriadeartelazubia.com

Una vez me preguntaron qué era poesía, y me acordé de un amigo mío, y dije:  ¿Poesía? Pues vamos: es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio; y, cuanto más la pronuncias, más sugestiones acuerda; por ejemplo, acordándome de aquel amigo, poesía es: “Ciervo vulnerado”.  
Entrevistas y declaraciones. Federico García Lorca y el duende (1898-1936).

Si hemos de creer en la insensatez, un hombre es tanto más feliz, cuanto más insensato, con tal que viva este tipo de insensatez que a mí me caracteriza. Me refiero a esa locura tan extendida que sería imposible encontrar a un hombre totalmente cuerdo a todas horas del día, sin estar poseído de alguna de ellas. La diferencia es sólo de grados. Si uno confunde a una calabaza con su mujer le llamarán loco, porque sucede a pocas personas. Pero cuando un marido exalta a su mujer que comparte con otros amantes, y la compara con la fiel Penélope, nadie le llama loco ¡Se dan cuenta que eso es lo que sucede a todas horas con los maridos!
Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam (1466-1536).

Os pregunto: ¿Puede amar a alguien el que a sí mismo se odia?  ¿Puede estar de acuerdo con una persona el que no está de acuerdo consigo mismo? ¿Qué alegría puede proporcionar a otro quien se siente pesado y molesto? Creo que nadie respondería afirmativamente, de no ser más necio que la necedad misma.
Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam (1466-1536)
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3 comentarios:

andres rueda dijo...

Que razon tienen lo poetas...el amor siempre el amor...pero tambien siempre esta por venir mas amor...a pesar de los adornos...que tambien son amor y algo duelen.
Aunque siempre hay soluciones , una de dos, o me llevo a esa mujer o la cambio por dos de quince...
abrazo amigo y perdon por la intrusion literaria de un pinturero.
Andres

Jesús Amaya dijo...

Poesía, sensatez, amor...El amor, cómo poder amar sin perder la cordura, y más en este tiempo. Me viene a la memoria el beatus ille (dichoso aquel) y el locus amoenus (lugar agradable) de mi amado Fray Luis de León, concretamente las siguientes estrofas de la Oda a la Vida Retirada:

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.


Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

Pedro, creo que los versos de Fray Luis contienen la clave para encontrar la sensatez, para ser creadores de nuestro propio destino, para encontrar nuestro yo, lo que somos en realidad, nuestra verdadera esencia, para llegar a ser quienes queremos ser en el maravilloso juego de la vida.

Fray Luis,en su Oda, nos invita a la paz sentida y compartida,
a ser hombres libres,
amorosos y respetuosos,
en definitiva a vivir nuestros sueños,
creciendo como seres humanos sensatos, únicos y especiales en los que la luz de la felicidad de cada día brilla en su corazón genuino.

Gracias, una vez más por tus TRÉBOLES DEL PENSAMIENTO.
Un abrazo,
Jesús Amaya

Jesús Amaya dijo...

Hablando del amor, diciendo algo del amor, en la obra de José Saramago,"El último cuaderno" en el texto "Un capítulo para el Evangelio" se encuentran las palabras de amor más hermosas que he escuchado en mi vida.

Aparecen en el siguiente diálogo entre María de Magdala y Jesús de Nazaret:

María:

Miraré tu sombra si no quieres que te mire a ti.

Jesús de Nazaret:

Quiero estar donde esté mi sombra si allí es donde están tus ojos.

Finaliza María con el siguiente comentario:

Nos amábamos y nos decíamos palabras como éstas, no sólo por ser bellas y verdaderas,si es posible que sean una cosa y otra al mismo tiempo, sino porque presentíamos que el tiempo de las sombras estaba llegando y era necesario que comenzásemos a acostumbrarnos, todavía juntos, a la oscuridad de la ausencia definitiva.

Nada más,
Pedro.
Un fuerte abrazo.
Jesús, tu Donje